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Llevo tres horas trabajando. Hoy es un día tranquilo. No hay nadie. Me aburro.
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Trabajo rodeado de libros. Me levanto. Hojeo uno. Lo dejo. No me gusta leer en el trabajo.
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Le he dado la vuelta a Internet. Dos veces. Espero que la gente actualice.
Necesito saber que piensan. Hay cosas que no conozco, pero de las que necesito opinar. Su opinión me servirá. La blogosfera está llena de vampiros. Las ideas son libres.
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Reviso mi blog. Estoy aburrido.
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Tendría que trabajar. Pero la pantalla me devora. Visito foros. Leo opiniones. Igual tendría que actualizar mi blog.
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Ha pasado otra hora y no he hecho nada. No me apetece leer, no me apetece escribir, no me apetece vivir.
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Abro youtube... seguro que allí hay algo.
La cuestión es que la fecha cambie. Que entre en el blog y este no me escupa a la cara llamándome vago.
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Sigo siendo un vago.
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Abrí este blog por amor.
Quería ser amado. Quería opinar, quería ser tendencia.
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Cada vez que lo abro... me escupe la verdad a la cara: soy un vago.
Y los vagos no son amados, los vagos no opinan, los vagos no son tendencia.
Ya nadie me comenta. Estoy solo en el mundo.
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El mundo y yo. Yo frente a la pantalla del ordenador.
Internet es un mar de información... yo soy un naúfrago montado en un blog agonizante...
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PD: Un día de estos cierro el blog y me abro una cuenta en facebook.
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